martes, 22 de mayo de 2012

Gladiadores del fútbol.

Gennaro Gatusso. Fue ese hombre de 1'78, capaz de todo por conseguir el balón, el que me hizo amar esa posición táctica tan infravalorada y de tanta importancia en el fútbol. Pivote, volante defensivo, medio defensivo, centrocampista  de contención. Existen miles de maneras de nombrar tal demarcación, pero tan solo tiene un objetivo: robar para que otros creen.

Su tarea pasa desapercibida para el aficionado porque no destacan por meter goles o hacer filigranas. A los jugadores que ocupan tal posición se les suele calificar como violentos, duros, agresivos o incluso guarros. Más allá de estos tópicos, son gente que destaca por su forma física. Es decir, una resistencia envidiable y una envergadura notable. Pero, sobretodo, por su valentía y entrega. Estas últimas dos aptitudes las debe tener cualquier jugador, pero en ellos son de gran importancia, ya que deben estar en contacto físico continuamente con el rival. Son incombustibles jabatos que superan las barreras físicas humanas con tal de conseguir el esférico. Con esto quiero decir que son capaces de recorrer 15 kilómetros en un solo partido y que son capaces de birlarle el balón a un tío que le dobla en masa muscular.


Entrenador del Totthenam antes de morir.


Por norma general, un atacante en general debe tener técnica. Pero esa cualidad es innata. Entrenando mucho no conseguirás mejorar mucho el dominio del balón en los pies. No tienen que arriesgar su integridad física para cumplir su función. Sacan provecho de una cualidad que el azar les ha otorgado. No tienen el mérito que tiene un pivote defensivo, el cual tiene que entrenar duramente para pasarse corriendo y jugándose el tipo durante noventa minutos. Tienen coraje, no se amilanan por nada y por nadie. Eso es lo que me parece admirable. Simplemente con ver a Lass Diarra, jugador del Real Madrid, me quito el sombrero. Da igual que el balón se encuentre a 50 metros de él, en 4 segundos está ahí, luchándolo y dejándose la piel hasta conseguirlo. Es increíble el despliegue físico que son capaces de hacer estos jugadores. Llegados al minuto 93 son capaces de hacer un sprint de área a área porque son los únicos capaces de aguantar la velocidad del partido.

Hemos dicho que los pivotes no destacan por su técnica porque no es una condición necesaria para desempeñar su tarea, pero no quiere decir que algunos no la posean. He ahí el caso de Sergio Busquets, Michael Essien, Deco, Javier Mascherano, Javi Martínez o el gran Juan Sebastián Verón, más conocido como la "Brujita" Verón. Y aun me dejo muchísimos. Pero lo que es impresionante de estos jugadores es que a pesar de que muchos de ellos no tienen mucha habilidad con el balón en los pies, son capaces de llegar a selecciones nacionales o a equipos de fama mundial y convertirse en pilares fundamentales para dichos equipos. 


Causa del terremoto de Chile.

Un partido dura 90 minutos, de los cuales un jugador tiene el balón sólo 3 minutos. Con esto quiero decir que esos 87 minutos sin balón son los deciden los partidos. Por eso es tan sumamente importante la condición física en el fútbol. Un pivote defensivo tiene que ser consciente de que, posiblemente, no tocará un balón en todo el partido y aun así sentirse importante porque su trabajo es fundamental. El equipo le necesita para que conseguir pelota y dársela al jugador encargado de distribuir el juego. Son escobas nada más y nada menos. El rival tiene que sentirse intimidado sólo por saber que hay un pivote defensivo guerrero en el equipo rival. Tiene que sentir miedo al pasar por su lado.

Todo lo hablado tiene mil ramificaciones de las cuales hablaré más adelante en otra entrada. Pero lo que debe quedar claro es que Messi no se regatearía a medio equipo rival si Busquets no hubiera robado el balón antes. Negredo no  marcaría un gol si Medel no se hubiera dejado la pierna para arrebatarle la bola al delantero rival. No veríamos los pases magistrales de Silva si Toure Yaya no se hubiera partido la crisma por luchar un balón aéreo. El fútbol sería imposible sin estos gladiadores. Ellos hacen que el fútbol sea noble.


Esto no tiene nada que ver, pero es la misma sensación que cuando tienes un pivote defensivo delante.


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